¿Cuándo fue la última vez que tuvo una pesadilla? Las pesadillas suelen ser una ventana abierta a nuestros miedos más profundos, no sólo a nivel personal, sino también a los que resuenan en nuestra sociedad y nuestras comunidades. Hoy quiero hablar de dos películas que pueden parecer una pesadilla para algunos, pero que reflejan la cruda realidad para otros. Estas películas exploran temas como la migración forzosa, la asimilación y la lucha de clases.
El trauma de la emigración forzosa, especialmente en el continente africano, está profundamente ligado a la historia colonial de Europa, marcada por la explotación de la tierra y de las personas. Las dos películas que voy a comentar no sólo arrojan luz sobre este trauma colectivo, sino que también dotan a sus personajes de profundidad, resistencia e individualidad. Estos personajes no están escritos como víctimas monolíticas, sino que tienen sus propios intereses, deseos y capacidad de acción.
Su Casa es una inquietante película que sigue a Bol y Rial, dos refugiados de Sudán del Sur que intentan adaptarse a la vida en las afueras de Londres. No sólo les atormenta el trauma de su pasado, sino también el racismo de sus vecinos y la amenaza constante de deportación. Para agravar su angustia, algo terrorífico comienza a manifestarse en su nuevo hogar.
Esta película capta magistralmente la ansiedad, el dolor y la culpa que experimentan las personas desplazadas por la violencia. Lo que es único es cómo se retratan los espíritus de los perdidos, no como enemigos a los que hay que vencer, sino como voces que hay que escuchar. Su Casa cuestiona la idea de asimilación y lo que significa integrarse en una nueva sociedad, al tiempo que nos recuerda que los muertos no son olvidados, y que el coste de la supervivencia a menudo tiene un precio personal y espiritual.
Atlantics es el debut como director de Mati Diop, y causó sensación en 2019 al ganar el Gran Premio en el Festival de Cannes. Con su fotografía de ensueño y la inquietante partitura de Fatima Al Quadiri, esta película difumina los límites entre una historia de amor, un thriller sobrenatural y una crítica social.
La película gira en torno a Ada, una joven senegalesa que se debate entre la vida que le espera y el amor que desea. Aunque se espera de ella que se case con un hombre rico, su corazón pertenece a otro, que abandona Senegal en busca de una vida mejor en España. Cuando no sobrevive al peligroso viaje a través del mar, su regreso en forma sobrenatural desafía los límites entre la vida, la muerte y la búsqueda de un futuro mejor por parte de los vivos.
Atlantics trata tanto del amor y la pérdida como de la disparidad económica que lleva a las personas a arriesgar sus vidas por la esperanza de algo más. Entrelaza el anhelo personal y el dolor colectivo, creando una película visualmente impresionante y emocionalmente profunda.
Cuando veo ficción, especialmente historias que abordan estos temas tan espinosos, me parece crucial preguntarme: ¿Quién escribió estas historias? ¿Quién se beneficia de que se cuenten estas historias? ¿Y quién falta en la conversación?
Ambos Su Casa y Atlantics responden a estas preguntas a su manera. Dan voz a los sin voz y reflejan las pesadillas que viven demasiadas personas en la vida real. Al mismo tiempo, ofrecen a sus personajes dignidad, resistencia y la oportunidad de ser algo más que víctimas de las circunstancias. Son humanos, tienen defectos y buscan una vida mejor, como cualquier otra persona.
Si le interesan las películas que invitan a la reflexión y abordan temas complejos, estas dos son imprescindibles. Háganos saber en los comentarios si las ha visto o si están en su lista de favoritos. ¿Qué otras películas exploran estos temas de un modo que le haya resultado familiar?