El Foro Humboldt y muchos museos europeos albergan vastas colecciones de objetos culturales saqueados en África, Asia, Oceanía y América. Esto plantea una cuestión importante: ¿por qué países como Nigeria o la República Democrática del Congo no demandan a los museos para reclamar sus objetos robados?
Legalmente, muchos países podrían actuar hoy, pero en la práctica la restitución sigue siendo un reto complejo. Esto se debe en gran medida a los marcos jurídicos establecidos por las potencias coloniales que ignoraban la legítima propiedad de los objetos del patrimonio cultural de sus países de origen.
Incluso después de la década de 1960, muchos objetos saqueados siguieron comercializándose a través de subastas o mercados en línea, lo que permitió a los museos ampliar sus colecciones. Aunque las antiguas colonias han obtenido la independencia, los marcos jurídicos que rodean la propiedad de bienes culturales han seguido siendo restrictivos, lo que dificulta la restitución.
Según la Convención de la UNESCO de 1970 sobre las Medidas que Deben Adoptarse para Prohibir e Impedir la Importación, la Exportación y la Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales:
"El robo, el saqueo y el tráfico ilícito de bienes culturales es un delito. Priva a la gente de su historia y su cultura, debilita la cohesión social a largo plazo, alimenta la delincuencia organizada y contribuye a la financiación del terrorismo."
Sin embargo, una importante limitación de esta convención es que sólo se aplica a los objetos saqueados después de 1970, lo que significa que muchos artefactos sustraídos antes de esta fecha quedan fuera de su alcance legal, permitiendo a los museos conservar vastas colecciones de adquisiciones de la época colonial.
Para hacer frente a estas lagunas legales, Alemania introdujo el 6 de agosto de 2016 la Kulturgutschutzgesetz (Ley de Protección del Patrimonio Cultural-KGSG). Esta legislación tiene como objetivo:
Proteger la identidad cultural de Alemania.
Reconocer los bienes culturales de otras naciones.
Alinearse con la Convención de la UNESCO de 1970.
Uno de los principales cambios introducidos por la KGSG es la supresión del "Listenprinzip" (principio de listado), que anteriormente establecía normas estrictas que dificultaban a las naciones extranjeras la reclamación de bienes culturales robados. Antes de esta ley, Alemania se había convertido en un centro neurálgico de objetos culturales adquiridos ilegalmente, ya que las reclamaciones extranjeras fracasaban a menudo debido a una normativa obsoleta.
La KGSG unifica tres reglamentos anteriores en un marco jurídico global, mejorando los procesos de restitución y protección de los bienes culturales. Entre las disposiciones clave figuran:
Protección de los bienes culturales nacionalesImpide la sustracción no autorizada de bienes culturales propios de Alemania.
Diligencia debida en el mercado del arteExige una verificación exhaustiva cuando se pongan en el mercado bienes culturales.
Prevención de las importaciones ilegalesProhíbe la importación de bienes culturales si han sido exportados ilegalmente de su país de origen.
Devolución de objetos importados ilegalmenteRefuerza la obligación de Alemania de devolver los bienes culturales obtenidos ilegalmente.
Mejora de los mecanismos de restituciónGarantiza que los bienes culturales adquiridos ilegalmente sean devueltos a sus legítimos propietarios.
Pensemos en un museo alemán que compra un jarrón chino centenario a una casa de subastas de Londres. Según la KGSG, la institución alemana debe:
Compruebe que el jarrón fue adquirido legalmente por la casa de subastas londinense.
Asegúrate de que el jarrón se exportó legalmente de China.
Confirmar que no se ha violado ninguna ley internacional en la transacción.
Mediante la aplicación de una estricta diligencia debida, la KGSG pretende evitar que Alemania adquiera objetos culturales robados o traficados.
En las regiones asoladas por conflictos o guerras, el patrimonio cultural es especialmente vulnerable al saqueo. La KGSG desempeña un papel fundamental a la hora de impedir que Alemania adquiera tales objetos, reforzando los esfuerzos internacionales para frenar el tráfico ilícito de antigüedades.
Como era de esperar, los marchantes de arte alemanes no han acogido la KGSG con los brazos abiertos. Muchos sostienen que la ley restringe el mercado del arte y complica las adquisiciones. Sin embargo, sus defensores la consideran un primer paso necesario para abordar los errores históricos y garantizar una gestión ética del patrimonio cultural.
Aunque la KGSG no es una solución perfecta, representa un paso importante para abordar las injusticias del saqueo de la época colonial. Al aplicar una normativa más estricta a las transacciones de bienes culturales, Alemania reconoce su responsabilidad en la prevención del comercio ilícito y la facilitación de la restitución.
Para saber más sobre la KGSG, la restitución cultural y los actuales debates en torno a los artefactos saqueados, acompáñenos en nuestros recorridos a pie del Foro Humboldt.